Cuando lo vi aquí, en el blog “your cup of cake” me quedé enamoradita. Es una buena cantidad de frosting y yo normalmente no soy muy aficionada a tanto, pero es que tiene una pinta tan mona… Parecían nubes de verdad y tenía que probarlo. (Cuando me pregunten “¿a qué saben las nubes?” ahora podré decir que las mías sabían a mandarina).
En realidad tendría que haberlo titulado “frosting de nubes” pero para nosotros las nubes son los marshmallows y este frosting no lleva nada que se les parezca así que he preferido cambiarle el nombre. Tampoco lleva algodón, nos os vayáis a confundir.