A veces pienso si no estaré completamente majara inventando estos bizcochos tan estrambóticos pero… ¿Te imaginas que alguien te pide una tarta decorada y se encuentra dentro este saborcillo tan, tan nuestro? A mí me encantan esas cosas. El aroma y el sabor me traen recuerdos de infancia, de las rosquillas que hacía mi abuela María. Me huelen a pueblo, a fiesta, a familia, a amorcito… ¿No es genial trasferir todo eso al bizcocho de tu tarta? 🙂
Que no, que no. No pienses que me he vuelto loca (entre otras cosas porque ya lo estaba) y que ahora me voy a dedicar a hacer ropa con el MSC. Es casi lo último que le faltaba al pobre pero no, me refiero a una versión de la receta que sirve para hacer ésto:
Seguro que ya estáis hartas de ver los bizcochos de leopardo por todas partes. En su momento levantaron furor y muchas especulaciones al respecto. Casi todo el mundo pensaba que se hacía con masa de bizcobolas, pero no. Es con masa normal sólo que no basta con volcar la masa en el molde una vez hecha sino que hay que complicarse un poquito más la vida. ¿Habéis hecho todas ya el famoso “bizcocho cebra“? ¿Ese que parece una diana desde arriba y que luego lo cortas y tiene capas de colores alternos (como la corriente)? Pues esta técnica va un pelín más allá. No la he inventado yo, me compré el tutorial correspondiente y la he adaptado un poco a mi estilo.
Espero que os guste y que le déis una oportunidad y alguien se anime a intentarlo. La verdad es que queda chulísimo. No esperéis un bizcocho mega esponjoso porque no lo es, pero es efecto es lo que importa y está rico y muy jugoso… Y sí, claro que es ideal para fondant. Aunque no te recomiendo que lo partas ni lo rellenos para no estropear el efecto.
Sí, un bizcocho de donuts. Hecho con donuts de verdad. Y mira, mira cómo queda… (Lástima que las pantallas no transmitan los olorcicos).
¿Os acordáis de esta tarta? Tiene ya sus años pero algunas me habéis pedido la receta y como no me acordaba de lo que hice, he tenido que volver a inventar. El resultado me ha encantado así que aquí está la receta del MSC (Morgana Sponge Cake) de donuts.
Llevaba tiempo queriendo intentar esta variación pero no sabía cómo. No hay como no tener ni tiempo ni inspiración para ir “a lo bestia”… ¿Que el dulce de leche es mitad azúcar y no lleva casi grasa ni nada? Pues probemos con esa composicón… El resultado fue de esos que te hacen preguntarte: ¿por qué rayos no lo habré intentado antes?
Hacía mucho que no seguía hurgando en el tema del MSC por aquí, pero no os penséis que es porque no voy haciendo pruebas. Lo que pasa es que unas salen bien y otras no. Ésta es de las que han salido no bien sino MUY BIEN. Vamos, que las magdalenillas que hice estaban de auténtico vicio. ¿El responsable? El Corte Inglés. ¿Quién le manda tener estas cosas?
Pero chocolate del negro, negro, negro… En concreto del 74%. Me pidieron una tarta para un chocolate-adicto al que le gusta el chocolate cuanto más puro, mejor y se me ocurrió probar con lo que os voy a contar a continuación. Si os gusta el chocolate, os va a encantar. (Lo sé, soy mala tentándoos de esta manera pero es que está tan bueno…)
Nooooooo, no “sus” vayáis, “quedarsus”, por favor, que lo de “versus” es porque este artículo va a enfrentar a un bizcocho MSC con harina adicional frente a otro que no lo lleva, como en los combates de boxeo.
Para ello he tenido que hacer algunas pruebas, que estas cosas necesitan de un duro entrenamiento . Sudar mucho (es que con el horno puesto no veas el calor que hace), beber muchos líquidos (el dulce da mucha sed) y trabajar, trabajar, trabajar… Bueno, tampoco tanto, que enseguida me da tabardillo.
Helado de nata-nuez, turrón de nata-nuez… Ya que había hecho el MSC blanco sólo con nata ¿por qué no probar un MSC de nata-nuez? Era tan sencillo como añadir nueces peladas y picadas en pedacitos más o menos gruesos a la masa del bizcocho justo antes de echarla al molde.
Hace ya tiempo vi en The American Store una caja de esas para preparar bizcochos que me llamó mucho la atención; el resultado era un bizcocho con pintas de colorines muy bien llamado “confetti cake” o “funfetti cake”. Me pareció una idea genial para hacer bizcochos para niños pero no siempre podemos contar con estas estupendas cajas en casa así que me propuse intentar reproducirlo pero no acabo de dar con el confetti adecuado…
Tengo pendiente publicar una recopilación de todos los MSC que he ido probando y publicando estos últimos meses para que tengáis opciones para los bizcochos de vuestras tartas decoradas y también para tenerlos todos recogiditos (aunque el blog tiene una categoría sólo para ellos). Por el momento, recupero éste porque, aunque en su momento lo creé buscando el color blanco, a posteriori me he dado cuenta de que, al no llevar mantequilla ni yema de huevo, puede resultar interesante para aquellos golosos que cuidan un poco el nivel de colesterol en su dieta.